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Reflexiones sobre la Admon. de Justicia en Guinea Ecuatorial

Reflexiones sobre la Administración de Justicia en Guinea Ecuatorial

En estos primeros días del mes de Enero del recién estrenado año 2006, se celebrará a bombo y platillo, la apertura del año judicial 2006. Desde la C.I. para la Presidencia de la República de Guinea Ecuatorial, queremos felicitar a los profesionales del mundo del derecho así como a cuantas personas y profesionales colaboran con su esfuerzo para una correcta administración de justicia en nuestro país. Desde nuestro Movimiento político queremos animaros a vencer el miedo que en forma de presión y amenazas recibís desde los llamados “poderes fácticos” y otras zonas de impunidad que campan a sus anchas por Guinea Ecuatorial; al propio tiempo os garantizamos que nuestro proyecto político contiene medidas para la modernización de la Administración de Justicia, el respeto escrupuloso de su independencia, la dignificación  económica y social de sus miembros, la formación adecuada y continuada de los mismos. Pues una buena administración judicial es el primer pilar sobre el que debe asentarse el entramado de la edificación de un estado moderno como el que tenemos proyectado para nuestro país. Nadie por encima de la ley.

Dicho lo anterior, desde la C.I., observamos con gran preocupación las vicisitudes por las que atraviesa  la Justicia guineana, todo ello en perjuicio del ciudadano y de nuestra credibilidad exterior. Se diría que el “valor justicia” se ha convertido en un contravalor. Precisamente por ello, aprovechando la apertura del nuevo año judicial 2006 hemos creído oportuno reflexionar en voz alta sobre los males, ya endémicos, que aquejan a nuestra administración de justicia. Para ello no olvidamos lo que decían los romanos, “Administrar justicia es labor y tarea de los dioses”; pero desgraciadamente no es así, ni lo ha sido nunca.

Es fácilmente constatable que en G.E. se yuxtaponen juristas formados en España, en sus universidades convencionales y por la Universidad Nacional de Educación a distancia (UNIDED); está también la Universidad Nacional de Guinea Ecuatorial.  Otros egresan de centros docentes de la extinguida Unión Soviética, Francia, Cuba, Senegal, Nigeria, Suiza, etc, etc. Me perdonarán si he omitido algún país. Pero la mención es solo a título enunciativo. Esa yuxtaposición de profesionales del derecho formados con visiones del mundo jurídico tan diferentes y, en ocasiones tan contrapuestas, está creando un auténtico caos no solo en el día a día, sino en la interpretación del conjunto de todo el arcaico ordenamiento jurídico guineano. Piénsese  en el caso de un jurista formado en la antigua URSS y otro que lo ha sido en Francia, Inglaterra, España u otro país de raíz jurídica capitalista en relación a un tema tan vital como lo es el derecho a la propiedad privada y la amplia gama de instituciones jurídicas que giran en su entorno.

Es obvio que ningún ordenamiento jurídico es perfecto así como tampoco lo son las instituciones llamadas a su puesta en práctica para el servicio de los ciudadanos en orden a conformar adecuadamente un estado de derecho; lo mismo cabe predicar de los profesionales encargados de aquellas (Abogados, Jueces, Fiscales, Notarios, Registradores de propiedad etc,)  Pero, constatada esa imperfección obvia de toda labor humana, qué duda cabe que dicha imperfección admite diversos grados.  Precisamente por ello  hay sistemas que permiten una mayor garantía de seguridad jurídica a los administrados y otros que, por el contrario, ofrecen poca o ninguna seguridad y que, por ello, merecen el calificativo de “tercermundistas”.

Además de la mencionada yuxtaposición de profesionales del derecho de muy diversa procedencia formativa y de niveles diferentes, lo que dificulta el entendimiento en temas básicos, creando el caos que hemos descrito, cabe añadir la existencia de un ordenamiento jurídico obsoleto y arcaico heredado de la colonia poco o nada actualizado, a lo que hay que unir la vigencia de unos ordenamientos jurídicos con base en la tradición o costumbre étnica fundamentalmente en materia de derecho de familia

Otra dificultad lo constituye la falta de entendimiento exacto de cuales sean o deben ser las competencias del ministro de Justicia, la Fiscalia General del Estado, el colegio de Abogados etc, etc.,.  La vis atractiva que el poder ejecutivo ejerce en Guinea Ecuatorial sobre los demás imposibilita que instituciones que deberían estar pensadas para una justicia independiente estén sometidas de hecho, al dictado del Ministro de Justicia y consecuentemente, al servicio del dictador.  Había que explicar que la independencia de un juez se mide no solo por la no injerencia de los otros poderes (ejecutivo, legislativo y los fácticos) si no que también se predica de los propios órganos judiciales aunque se trate de los tribunales superiores que no imparten órdenes a los inferiores a los que solo pueden enmendar en virtud de recursos reglados. Precisamente en ciertos sectores del pensamiento jurídico político ya se habla de la Justicia no como un poder del estado, si no como un poder en el estado. Había que explicar que el Colegio de Abogados es una entidad administrativa de derecho público, y como tal, autónoma y que  no depende del Ministerio de Justicia ni orgánica ni funcionalmente y que forma parte de lo que se llama administración corporativa.

Un anacronismo muy peligroso en nuestro sistema judicial lo constituye la existencia de consejos de guerra que son una reminiscencia del pasado y que sientan en el banquillo a civiles y no admiten apelación contra sus tétricas sentencias.

La existencia de los llamados acertadamente “poderes fácticos” es otro gran escollo con el que choca la Administración de Justicia en Guinea Ecuatorial; dichos poderes” fácticos encuentran su caldo de cultivo en los hombres con poder real en el país cuando sus intereses propios o los de sus protegidos se enfrentan con una decisión judicial. En estos supuestos se escuchan expresiones como: “Ya veré donde vas a ejecutar esa sentencia”.

La falta de una verdadera carrera administrativa-judicial a la que se acceda por criterios de mérito y capacidad después de superar unas pruebas diseñadas al efecto, la falta de la inamovilidad de los jueces, fiscales y la falta de independencia de los primeros en los términos que ya hemos dicho, constituyen otros obstáculos a superar para conformar una administración de justicia creíble y digna de un estado moderno.

Desde la Candidatura Independiente de Guinea Ecuatorial, vemos el tema judicial de nuestro país de otra manera, ya que habiendo voluntad política, un poco de sentido común y concediendo cierta autonomía de funcionamiento en este campo por parte del Sr. Obiang Nguema, en su calidad de primer magistrado de la nación, creemos que en nuestro país se puede conseguir ciertos logros, entre estos: la eliminación de todos estos absurdos antes mencionado, mediante la adopción de medidas gubernamentales que armonicen los conocimientos y las actuaciones de los responsables del sector de justicia en nuestra nación, en nuestro caso, ya las hemos previsto dentro de nuestro Proyecto Político, cuyas directrices de planeamiento consideramos que se puede conseguir un sistema judicial digno en Guinea Ecuatorial.

Aprovechando el comienzo del año judicial 2006-2007, para recordar a los profesionales de derecho en nuestro país que, ante cualquier rédito personal, debería primar el profesional, por lo tanto, debemos conocer que, el sector judicial es fundamental para el país tenga un sistema democrático real, basado en un verdadero estado de derecho que garantice la igualdad de oportunidades entre los ciudadanos. Para vencer este desafío, es mejor recurrir a la deontología profesional que aprendieron en sus respectivas universidades, concediendo así el honor y prestigio a su profesión y no dejar de ser influenciados por los legos, políticos y poderes fácticos.

Nuestro país necesita profesionales en la materia con un elevado sentido común, que actúen siempre con la convicción al derecho y a las leyes, usando sus conocimientos para el bien de los pueblos de G.E. y no en detrimento de los mismos. Solo así podremos conseguir una G.E. libre y democrática.

A modo de conclusión la Candidatura Independiente de Guinea Ecuatorial, pide a los profesionales de la carrera judicial de nuestro país que, retomen su profesionalidad como ya lo hizo en su día un ínclito abogado guineano diciendo verdades a la dictadura cuyo testimonio todos guardamos, iniciando en este año 2006 una nueva era judicial en nuestro país.

D. Fermín -Nguema Esono Mbengono
Representante de la C.I. en España y Europa




por angel, Lunes, 13 Febrero 2006 21:40, Comentarios(0)
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