ESCANDALO EN LA IGLESIA DE BATA POR TEODORO NGUEMA OBIANG MANGUE
EL DESGOBIERNO MOSTRADO ENTRE EL DICTADOR Y SU HIJO DURANTE LA MISA OFICIAL PARA LA FIESTA DE LA INDEPEDENCIA NACIONAL DE ESTE AÑO, 12/10/11; ASI COMO LAS MALDICIONES QUE LOS ENFERMOS DE KIE NTEM REPARTIERON A ESTE ÚLTIMO.
BATA / GUINEA ECUATORIAL, 17/10/11.
Fuentes de toda solvencia e indignadas del entorno del dictador de Guinea Ecuatorial, han roto el silencio para desvelar a este Departamento de Comunicación sobre el desgobierno protagonizado entre el hijo y el padre durante la misa oficial para el 43 aniversario de la independencia nacional.
Siempre según esas fuentes, sobre las 10:45 horas del día 12 de octubre, el dictador dio acto de presencia en la Santa Iglesia Catedral de Bata, para asistir a la misa de Estado con ocasión a las fiestas antes mencionadas, siendo recibido protocolariamente por el Excelentísimo y Reverendísimo Monseñor D. Juan Matogo Oyana, el Primer Ministro Jefe del Gobierno y el Presidente de la Cámara de los Representantes del Pueblo; mientras el resto de los miembros de Gobierno y demás autoridades civiles y militares, cuerpo diplomático así como el publico asistente aguardaban dentro de la Catedral.
Después de este acto protocolario, el Obispo de Bata, Juan Matogo Oyana, inició la ceremonia litúrgica hasta el momento de pronunciar su homilía, tiempo que irrumpió la misa el copresidente de facto del país y su sequito, Teodoro Nguema Obiang Mangué, pisoteando todos los protocolos establecidos. Una vez en ella, sus seguidores del grupo llamado, Asociación Hijos de Obiang, (ASHO), a quienes mandó a propósito, se estallaron a aplaudir y vociferar a este mundano diciéndole “patrón, patrón”, dentro de la iglesia, sin el más mínimo decoro. Tal escándalo y tal desconcierto, obligaron al Obispo de Bata celebrante parar la ceremonia litúrgica hasta que consiguieron calmar a los intrusos alborotadores.
No bastándole el primer escándalo, el menudo patrón de los patrones volvió a protagonizar otro, éste tuvo lugar en el momento de dar la ofrenda o limosna. En cuyo acto, los asistentes tras haber terminado de recorrer la iglesia para recibir las ofrendas o limosna, habiendo ofrendado ya su padre el dictador, momento que el intruso copresidente de facto, obligó a los asistentes esperar la suya, cuyo dinero mandó coger en su coche oficial que dejó estacionado a centenares de metros de la iglesia, en el transcurso de este tiempo, la celebración volvió a paralizarse hasta que le trajeron el dinero para ofrendar. Dicho gesto soberbio y de pura ignorancia, volvió a dejar estupefacto a muchos asistentes, incluidos los miembros del Gobierno. Algunos de ellos criticaron la falta de educación de su colega el Ministro de Estado y aspirante a presidente, quien no entiende de protocolo ni de normas de civismo, mientras en los rostros de sus padres y algunos de sus incondicionales seguidores reflejaban satisfacción.
Para cerrar sus informaciones, han hecho igualmente mención de otro escándalo llevado a cabo por el mismo personaje, el ínclito hijo del dictador, Teodoro Nguema Obiang Mangue; dicen que durante su famosa gira para el reparto de las míseras chapas de aluminio a los habitantes de la periferia del país y barrios de las ciudades para cubrir sus chabolas; encontrándose en la Provincia de Kie Ntem, uno de sus aduladores le aconsejó demostrar una vez más sus dotes humanitarios, para lo cual, le aconsejó sacar de las curanderias de toda provincia a los enfermos que se encontraban en las mismas recibiendo tratamiento tradicional, y, trasladarlos al Hospital la Paz de Bata, propiedad de sus padres, para que fueran asistidos gratuitamente. El patrón aceptó la propuesta y ordenó trasladar a los enfermos. Ellos al recibir la noticia, se pusieron contentos de poder recibir finalmente un tratamiento medico serio y gratuito.
Éstos, una vez trasladados a Bata e ingresados en dicho hospital, sorprendentemente antes de una semana fueron puestos patitas a la calle del centro hospitalario, diciéndoles que no tenían dinero para sufragar su hospitalización. Entre ellos, los que tenían familiares pudieron regresar el mismo día a sus curanderias, pero los que no tenían familiares ni dinero, pasaron días en el intemperie hasta que cierta gente de caridad, acudieron a su socorro y les fueron trasladando a sus respectivas curanderias donde fueron sacados.
Los enfermos tras ser expulsados del hospital de forma indigna, fueron maldiciendo al indecente hijo del dictador así como a su padre añadiendo que, éstos, pese a lo amasado, no pierden oportunidad cuando se trata de humillar a los nacionales.
El Obispo de Bata, D. Juan Matojo Oyana, no pudo salvarse de tamaño potaje preparado y repartido por doquier los dirigentes del régimen bananero, (el dictatorial y su hijo). Pues cuando se trata del patrón con su padre, hay que tragar todo, Si o Si. Un escándalo de mucho y una vergüenza para el país por tener semejantes dirigentes.
